lunes, 21 de diciembre de 2009

Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana...

La brisa del mar abanicó su cabello de tal forma que se le enredó en sus largas pestañas. Inconscientemente, se los retiró con la mano. El atardecer teñía de un suave naranja las pequeñas nubes.
La joven estaba sentada en la arena húmeda con unos viejos pantalones. Rodeaba las rodillas con sus brazos y miraba con melancolía el mover de las olas en la orilla.
- Hola... - dijo él.
Ella lo miró sorprendida. No se había dado cuenta de su presencia, tal era su ensimismamiento.
- Hola - le contestó sin dejar de mirar el mar-. ¿Qué haces aquí?
- Nada, estaba por la avenida y te vi.
- Te has enterado de que ya tienes nueva cuñada, ¿no? - le dijo en voz baja.
- Sí... ¿Tanto te...duele?
- No lo sé, estoy un poco confusa - contestó mirándole a la cara.
- Pues si quieres que te diga la verdad, me alegro que no seas tú mi nueva cuñada.
- Vaya, gracias. Eso es sinceridad y lo demás son tonterías - sonrió, aunque dolida.
Se produjo un silencio entre ellos. La muchacha lo miró y se sorprendió al ver una media sonrisa en su cara.
- ¿Y se puede saber por qué estás tan contento de que no haya sido yo la elegida? - replicó, molesta.
- Porque - comienza, acercándose a mí - si no, no podría hacer esto.
Y, aún con la media sonrisa en la boca, la besa.
- Y créeme, tenías muchas ganas - sonríe.

sábado, 12 de diciembre de 2009

...Cabreada...

Odio la lluvia cuando me fastidia los planes. Hoy iba a ser día completito y va, y llueve. Fuerte mierda. Con todos los días de la semana que tenía para llover y lo hace HOY.

No es justo. Me quedo sin poder quitarme el castigo de la biblio por la lluvia. Coraje.

Qué suerte la mía...!

viernes, 4 de diciembre de 2009

... Resignada ...

- ¿Sabes cuando estás super contenta porque te están yendo bien las cosas, y más hoy porque sientes que va a pasar algo extraordinario este día, y esperas a cada segundo que ocurra, pero de repente se te cae la leche al suelo y te mojas el vestido nuevo?

Él me mira sin saber qué decir, yo sigo con mi aburrido rollo.

- Y pones la radio para intentar no llorar y pensar en otras cosas, peeero - siempre pero -, todas las canciones parecen que van dirigidas a cortarte el alma en trocitos pequeñiiiitos - parecen es un eufemismo - y entonces si que lloras mientras el polvo se te mete en los ojos. Y entonces, piensas que todo acabará de un vez. Que vendrá ese alguien, luego crees encontrarlo peero (¡cómo no!), viene una (simpre hay otra, ¡qué se le va a hacer!) y te rompre, otra vez, el corazón en pedacitos microscópicos.

En ese momento, él se acerca y me besa suavemente los labios.

- Nadie me quitará de tu vida, tranquila.

Y sonrío como una idiota...

La guagua pega un frenazo y casi caigo hacia adelante. Abro los ojos y veo que él ya no está sentado enfrente mía. Debe de haberse ido mientras dormía, como siempre. Sonrío, resiganda, ante mi estupidez. ¡Ilusa!