sábado, 9 de octubre de 2010

Y este blog dice adiós

Sí, creo que ya se veía venir. Cierro el blog por falta de tiempo, tener tres blogs, al menos para mí, es agotador e irrealizable. Sin embargo, aún os debo un relato con las palabras que eligieron hace un par de meses. Seguramente, crearé una sección en Yo leo, Yo comento donde subiré de vez en cuando una relatillo y allí pondré el que les debo. Así que si quieren leerlo, deberían pasarse por allí.



¡Les echaré de menos, queridos lectores ^^!

lunes, 2 de agosto de 2010

Nada más entrar en casa, mi madre me manda a comprar.

-¿Que hay que comprar?

- Sólo el pan, cariño. Si no, no tienes nada para desayuar mañana...

- Vale, ya voy - acepto mientras cierro la puerta de casa.

Recorro el camino hasta el supermercado. Entonces, oigo:

- ¡Carla! ¿Dónde estás?

Es él, el chico que me asustó hace nada.

- ¿Aun no la has encontrado? - le pregunto cuando me acerco a él.

- No - contesta con la preocupación pintando su cara.

-¿Quieres que te ayude? - le pregunto.

- Sí, por favor. No la encuentro por ningún sitio, y se está haciendo tarde...

- Estaban jugando al escondite, ¿verdad?

- Sí, solo podíamos escondernos en la urbanización. Estaba prohibido cruzar la carretera, así que tiene que estar por aquí.

Estuvimos buscando durante un largo rato, pero sin éxito. Yo también había comenzado a preocuparme. Cansados, nos sentamos en las escaleras.

-  Espero que no le haya pasado nada, me moriría - comenta tapándose la cara con las manos mientras apoya la cabeza en sus rodillas.

- Traquilo, seguro que aparece. Una vez, aquí mismo, jugaba con mi hermana al escondite. Mi hermana no me encontraba... Estaba tan cansada que me había quedado dormida en... ¡Claro, qué tonta!

Subo las escaleras corriendo y me meto en un estrecho callejón que acaba en una pequeña sala donde se encuentra una pequeña niña apoyada en la pared. Duerme.

- ¡Carla! - grita él acercándose a ella y despertándola suavemente.

La niña abre los ojos, soñolienta.

- ¡Jo, he perdido! Me he quedado dormida de lo mucho que tardabas - se queja la pequeña.

- ¡Que susto me has dado! - dice mientras la abraza fuertemente.


Sonrío, aliviada.


- Venga, vamos a casa, que mamá tiene que estar preocupada - le dice cogiéndole la mano, se gira hacia mi -. Gracias, de verdad.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Bajaba la cuesta despacio, dejando que el viento removiera mi pelo a su gusto. Pasaba al lado de un muro bajo, cuando de repente...

- ¡¡Buuuuu!! - gritó una voz.

- ¡¡Ahhhhhhh!! - grité pegando un brinco-. ¿Eres tonto o qué?

Miro al chico. Él me mira. Entonces, nos reconocemos. Es el de la maleta.

- Lo siento, pensé que era mi hermana pequeña - se disculpa avergonzado.

- No importa, pero fíjate la próxima vez. Casi me meatas del susto - replico.

- Sí, sí. Lo siento de nuevo. ¿No has visto a una niña con risitos castaños?

- No, lo siento - digo mientras sigo bajando la cuesta.

- Vale, gracias. Y lo siento de nuevo.

Sonrío, al fin. Cuando llego a casa aún me dura.

domingo, 9 de mayo de 2010

El chico sin nombre (L)

Subía la cuesta cansada de caminar, del sol picón y de la hora de inglés. Inmersa en sus cosas, no vio bajar a un chico llevando a su espalda una maleta. Corría hasta que ambos cruzaron sus miradas. En ese momento pareció que el tiempo les daba una tregua. Parecían mirarse a cámara lenta. Ella miraba sus ojos, él los suyos. Al pasar justo al lado ambos viraron la cara para no perder el contacto visual.

Luego, desafortunadamente, cada uno siguió su camino. Volvieron a sus vidas, sin más.

Pero con una sonrisa en sus caras.


[ Si el prota de esta escena está leyendo esto, que me diga quién es, por favor =) Anoche soñé contigo, creo que he visto muchas comedias románticas ]

domingo, 11 de abril de 2010

Toco el timbré de mi casa. Mi madre abre la puerta, sonriente.
- ¿Qué tal el día cariño? - me pregunta como siempre.
- Ahora te cuento, mamá. Tengo que ir al baño... - digo, esquivándola y entrando en casa a toda prisa.
- Alejandra, espera. Tengo que decirte una... - empieza.
- Ahora me lo dices, es urgente, tengo que llegar - le cortó.
Subo las escaleras, hacia el baño más grande de casa. Abro la puerta y veo que mi padre se está bañando. Sin decir nada, levanto la tapa del retrete, me bajo los pantalones y las bragas y hago lo que he venido a hacer.

- ¿Oye, papá, qué haces aquí tan temprano? - pregunto extrañada cuando termino.

- No soy tu padre... Soy Óscar - susurra una voz.

Me quedo helada. Entonces, caigo...

- Cariño, dentro de unos días, va a venir a quedarse una temporada el hijo de una amiga...

-¿Cómo? - pregunto.

- Sí, necesita terminar el curso. Sus padres han muerto y soy su padrino.

- Un momento, no te estarás refiriendo a Óscar, ¿verdad? - quiero saber, alarmada.

-Sí...

-De eso ni hablar, él no.

-Cariño, por favor, fueron cosas de niños.

- Me da igual. No quiero. Además, no tenemos espacio aquí, ¿dónde dormiría?

- En el cuarto de estudio, en nuestro sillón-cama.

Esto no puede estar pasando.

-Papá, por favor...

- No hay más que hablar, Ale. Se viene a vivir con nosotros y punto.

Lo que me faltaba. Tener al crío que me amargó la existencia cuando era pequeña en casa es mi mayor sueño...


Vuelvo a mirar hacia la mampara. Un cuerpo casi escultural mojado es lo que veo.

- Vaya, has adelgazado desde la última vez que nos vimos - es lo único que se me ocurre por decir.

- Er...gracias... ¿Te importaría salir, por favor?

Eres tonta, Alejandra.

-Sí, claro, claro.

Salgo del baño rápidamente, cierro la puerta y me dejo resbalar hasta llegar al suelo. Dios mío, la que me espera....

sábado, 10 de abril de 2010

Un sueño que se convirtió en pesadilla...

Hoy me he dado cuenta que éso es lo que eres, quería tenerte pero en realidad no te quería a ti. No tiene sentido, lo sé. Yo aún no lo entiendo del todo... Creo que quería demostrarme a mí misma que yo también podía. Pero no puedo. Y eso no tiene por qué ser una derrota. No te he perdido. No. Es más, creo que en realidad he ganado. Eras sólo un juego, una apuesta. Un reto. Sin embargo, te convertiste en una obsesión. Una peligrosa obsesión. Un pulso a mi misma. Pero me he ganado.

He ganado madurez y me he quitado un gran peso de encima, un peso que yo misma me había puesto por una niñatada. Yo misma era la niñata. Gracias a quien sea, he madurado. No vales la pena o puede que sí. Pero no eres para mí ni yo soy para ti. Y es una alegría saberlo, en cierto modo.

Pensé en vengarme, pero como me avisó un amigo, no pienso rebajarme. Ni siquiera te odio. Eso sería una tontería aun mayor. Me gustaría borrarte de mi vida, pero entonces todo lo que he aprendido se iría también. Y esa es la parte que vale la pena de lo ocurrido. Además, aunque quisiera sería un poco difícil, porque te veo todo los días.

A veces pensaba que eras un estúpido, un arrogante, un orgulloso. Tal vez sea cierto, tal vez no. Ya da igual. La tonta aquí fui yo. Así que dejaré los rencores y el orgullo detrás. Quizás aún podamos ser amigos. O puede que no. Ya se verá.

...Porque no hay mal que por bien no venga... :)

lunes, 22 de marzo de 2010

Nueva sección: Espontáneos

Sí, señores. Otra sección nueva. Resulta que mi tutora-que, a la vez es la profe de lengua-, nos mandó a hacer mini (y cuando digo mini, es mini) historias. Me vino tanto la inspiración con una amiga que cada cierto tiempo subiré mis creaciones. Se dividirá en dos: Rimas espontáneas e Historias Espontáneas.
Historia espontáneas:
1)
Amable, modesto, risueño, atrevido, valiente. Todo lo que no eres.
2)
Pienso en mi primer amor. En mi mejor amiga de la infancia. Aquel joven que me sonrió en la esclalera de casa. En la cama del hospital donde me encuentro me pregunto dónde estarán.
3)
Un par de galletas en el bolsillo. Un helicóptero en el cielo. Un beso en el barco. Un bicho verde que brilla. Las cosntelaciones. Un intercambio de sonrisas en clase. Lágrimas que escapan de alegría. Un choque en bicicleta. Eso significas para mí.
4)
Ella mira a través de la ventana del tren. Aburrida del paisaje mira el asiento de enfrente. Un chico la está mirando. Sonríe. Sonríe. El comienzo de una bonita amistad.
5)
El chico besa la mejilla de su amiga. Ella sonríe, sonrojada. Se pregunta si eso es la felicidad.
6)
Ella flota sobre el agua salada. Está triste. Él llega y le pide que lo acompañe a la orilla. Ella aceota, sorprendida. Juegan con el balón de fútbol sobre la arena. Duele. Están tan concentrados que sus cabezas chocan. Pero sonríen. Debe ser amor.
7)
Ella la llama "zorra". Lo que no sabe es que le está hablando a un espejo.
8)
Tu llamada me sacó de la pesadilla. Aun lejos, me protejes.
El próximo día subiré las rimas. Ahora me gustaría que eligieran la que más le gusta. Haremos un ranking ;).