Bajaba la cuesta despacio, dejando que el viento removiera mi pelo a su gusto. Pasaba al lado de un muro bajo, cuando de repente...
- ¡¡Buuuuu!! - gritó una voz.
- ¡¡Ahhhhhhh!! - grité pegando un brinco-. ¿Eres tonto o qué?
Miro al chico. Él me mira. Entonces, nos reconocemos. Es el de la maleta.
- Lo siento, pensé que era mi hermana pequeña - se disculpa avergonzado.
- No importa, pero fíjate la próxima vez. Casi me meatas del susto - replico.
- Sí, sí. Lo siento de nuevo. ¿No has visto a una niña con risitos castaños?
- No, lo siento - digo mientras sigo bajando la cuesta.
- Vale, gracias. Y lo siento de nuevo.
Sonrío, al fin. Cuando llego a casa aún me dura.
miércoles, 19 de mayo de 2010
Etiquetas:
Mis alocados fragmentos
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Quien sabe si no lo hizo aposta.
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Besos!
Uhmm... casualidad del destino que se encontraran??
ResponderEliminarme encantan esos encuentrooooos :D
ResponderEliminarUn besooo
a veces los mejores momentos y los que nos marcan producen en nosotros una sonrisa duradera.
ResponderEliminarte sigo leyendo! =)
Ella se muere por que la vuelve a asustar...
ResponderEliminarQuiero leer un próximo encuentro :)
ResponderEliminar¿Tu foto es Miki y Yuu de "Marmalade boy"? ¡Me encantaba esa serie!
Un besito color púrpura
Habrá próximo, tranquila. Y sí, son Yuu y Miki ^^.
ResponderEliminarJum! Estas cosas chiquititas nos hacen sonreír a lo grande :D
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